viernes, 26 de noviembre de 2010

Premio Cervantes 2010: Ana Mª Matute

Matute empezó desde muy joven a interesarse por el mundo de las letras. A los cinco años ya escribió su primer texto literario, "aunque ya se puede suponer que con unas faltas de ortografía... A los cinco años, ¿qué quieres, hijo? Pero bueno, es que me gustaba mucho, pero sobre todo leer, leer... Soy una apasionada lectora".

La autora de «Pequeño teatro» o «Algunos muchachos» todavía recuerda que fueron las lecturas de los cuentos de los hermanos Grimm y de Andersen las que la animaron a probar suerte en el terreno de la narrativa, aunque también hubo otras influencias directas. "Aún recuerdo los cuentos que me contaban mi querida cocinera Isabel y mi tata Anastasia. La cocinera me explicaba historias espeluznantes, pero me encantaban como a todos los niños a los que les gustan los cuentos de miedo".

A la edad de 17 años escribió su primera novela, «Pequeño teatro», publicada 11 después y con la que se convirtió en la primera mujer ganadora del Premio Planeta en 1954. Después llegó «Los Abel», novela finalista del Nadal en 1947. Matute llevó a cabo su labor docente fuera de España: en la Universidad de Indiana, en la de Oklahoma y en la de Boston, donde conservan sus manuscritos en la colección Ana María Matute. Desde 1996 es miembro de la Real Academia Española, convirtiéndose así en la tercera mujer en ocupar un sillón. Tras de sí tiene una ingente producción literaria que ha sido traducida a 23 idiomas. En 1984 recibió el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y en 2007 el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su labor literaria. Tras permanecer casi dos décadas en silencio volvió a la literatura en 1993 para publicar la versión original de «Luciérnagas» y luego vinieron «Olvidado Rey Gudú», «Cuentos del mar», «Aranmanoth», «Paraíso inhabitado» y «La Puerta de la luna».

"He hecho lo que me ha gustado y no he fracasado en esto. Ya estoy trabajando en una nueva novela, de la que no puedo dar demasiados detalles. Tengo necesidad de escribir este libro al igual que me pasaba con los otros. Lo tengo todavía en la cabeza. Nunca sé lo que puede durar un libro. Es un misterio. La vida es mágica y eso también es magia". Siempre a mano, en un cuaderno, como llegó por primera vez a la redacción de la revista «Destino».

Hoy, varias décadas más tarde, Matute ha logrado la gloria del Cervantes. Enhorabuena Matute.

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