Imagínate un pedazo de queso de aquellos bien llenos de agujeros. Cuanto más queso, más agujeros. Cada agujero ocupa el lugar en el que habría queso. Así, cuantos más agujeros, menos queso. Cuanto más queso, más agujeros y cuantos más agujeros menos queso.
Conclusión: Cuanto más queso menos queso.
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